El Cura Pero Perez aparece como oficiante en varias partidas bautismales de Esquivias de principios del siglo XVI, y por tanto coetáneo de Don Alonso Quijada de Salazar.
Don Alonso Quijada de Salazar, nacido el año 1492, hijo del Bachiller Juan Quijada, natural de Becilla de Valderaduey y de María de Salazar, nacida en Esquivias, profesó en la Orden de San Agustín con el nombre de Fray Alonso Quijada.
Pero Pérez es el nombre del cura de “aquel lugar de la Mancha” donde vive Don Quijote. Es uno de los personajes preocupados por la salud de Don Quijote y tomó parte en el escrutinio de los libros de Caballería (1ª parte. Capítulo VI), y sus juicios son una crítica acerba de inestimable valor. Procuró apartar a su buen amigo de las lecturas que le secaron el cerebro y, después de la confesión (2ª parte. Capítulo LXXIV) de Don Quijote, exclamó:
“Verdaderamente se muere y verdaderamente está cuerdo Alonso Quijano el Bueno”. Administró los Santos Sacramentos a Don Quijote y pidió al Escribano certificase que Alonso Quijano había pasado desta vida presente y muerto naturalmente.
En los archivos parroquiales de Esquivias encontramos varios documentos que hacen referencia al Cura Pero Perez:
- En el libro I de Bautismos que comienza en 1519, folio 31: “En Esquivias a tres días del mes de mayo año suso dicho (1530) se bautiçó un hijo de Grabiel Quixada y Ana Mexía su mujer, cuyo nombre fue Grabiel; fueron sus padrinos de pila Diego de el Arco y doña Antonia, mujer de Pedro Mexía. Petrus Pérez”.
- En el libro I de Bautismos que comienza en, folio 36: “En Esquivias a 7 días del mes de henero año suso dicho (1529) el señor Pero Pérez teniente de cura bavtizó a un hijo de Francisco Chamizo y de su muger Mari Gutiérrez, cuyo nombre fue Juan fueron sus padrinos de pila Diego de Arco y Catalina de Vozmediano, muger de Gonzalo de Salazar. Pero Pérez”.
Mari Gutierrez es uno de los nombres que Cervantes pone a la mujer de Sancho Panza (Ver Teresa Panza/Mari Gutierrez/Juana Gutierrez/ Teresa Cascajo).
Catalina Vozmediano, natural de Yeles, y Gonzalo de Salazar eran los abuelos paternos de Catalina de Salazar y Palacios, esposa de Miguel de Cervantes Saavedra.
El Cura Pero Perez, o Petrus Perez, colaboraba en las tareas propias del canónigo del Arzobispado de Toledo, pasando por su avanzada edad a ejercer de Cura en la ermita de San Bernabé, situada en el extrarradio de Esquivias, próxima a las viviendas de los Quijadas, desde donde servía de apoyo al Cura propio de la Iglesia Parroquial de Esquivias, en la primera mitad del siglo XVI.
De manera que el Cura Pero Perez y Fray Alonso Quijada pasearían juntos y platicarían entre sí, tanto en los claustros de las iglesias de Toledo como en sus paseos por Esquivias. Y como no, de libros de caballerías, que se hallaban en todo su auge en esa época «…que gasté en palacios y cortes, no me empleé en ejercicio mas virtuoso que en leer esas mentiras…»
Años después también lo haría Cervantes en sus viajes a Toledo con el canónigo del Arzobispado de Toledo, Don Juan B. Perez, nacido en Valencia en 1534 y fallecido el 8 de Diciembre de 1597. D. Juan B. Pérez ejerció como canónigo de la iglesia de Toledo desde el 22 de Abril de 1581 hasta el año de 1592, obteniéndo el año 1585 el oficio de Obrero, cargo de mucho honor por ir aparejado a los acontecimientos históricos, arqueológicos y de Bellas Artes. También desempeñó el cargo de Bibliotecario de la iglesia de Toledo.
Don Juan B. Perez tuvo ocasión y la fortuna de registrar los manuscritos de la iglesia de Toledo, gran caudal para quien desee beber en las fuentes de la historia eclesiástica.
Es mas que probable que de la relación de Cervantes con este canónigo toledano emanara la mayor parte de la información sobre el Cura Pero Perez y Fray Alonso de Salazar, de sus aficiones literarias por los libros de caballerías, etc. además de la información que le llegaba de la familia de su esposa, los Salazaras, con no poco interés por parte de estos en desvelar algunos «secretos familiares» pues los Quijadas y Salazares se hallaban entroncados a través del bisabuelo de Catalina de Salazar y Palacios, su esposa, hermano de la madre de Fray Alonso de Salazar. (Ver Alonso Quijada de Salazar).
Cervantes, por boca del licenciado, pone por modelos de cultura a los que pasean casi todo el día por el claustro de la Iglesia Mayor de Toledo. Cervantes sabría esto y por observación personal suya, esto es, por haber acudido el también por allí en sus frecuentes viajes a Toledo.
He aquí dos personajes reales, uno esquiviano y el otro que ejerció su actividad pastoral en Esquivias, que Cervantes, a través de su imaginación tomó sin duda para su obra inmortal, modelándolos y adecuándolos a su entorno imaginario. En el Prólogo de la Primera Parte del Quijote dice Cervantes: «solo tiene que aprovechar de la imitación en lo que fuere escribiendo; que cuanto ella fuere mas perfecta, tanto mejor será lo que se escribiere».
Sabino de Diego.
Don Quijote en cama, rodeado de su sobrina, el ama, el cura y el barbero (2ª parte. Capítulo I)